"Tiempo de esparcir, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar." Eclesiastés 3:5
Hay piedras de todas las formas y tamaños. Ellos tenían que arrojar todas esas piedras hacia un lado para poder comenzar a levantar su casa. Pero esas mismas piedras puestas juntas y mezcladas con cemento, sirven de buen cimiento para la casa.
Entonces reflexionaba... al principio las piedras fueron una tremenda molestia, pero ahora han pasado a formar parte ( y la parte más fuerte, necesaria, clave e importante) de la construcción y la estructura.
Aplicada a mi vida, debo saber cuando las relaciones, influencias o circunstancias deben ser dejadas de lado o reunidas para mi provecho, nuestro provecho y mejor andar en la vida cristiana.
¿Tienes algunas amistades que te resultan molestas como estas piedras?
Estas mismas piedras de contención pueden convertirse en cimientos de una buena amistad si están basadas en Cristo Jesús.
Hay tiempo de abrazar a una amiga, a un familiar o ser querido, y aún a un enemigo. Abrazar es una demostración exterior del amor interno. Es muy lindo ver como los hermanos cristianos se funden en un abrazo genuino, de amistad y amor.
Igualmente existen situaciones en las que no deberíamos abrazar. Si somos sensibles a la guía del Espíritu Santo sabremos lo que debemos hacer y cómo hacerlo en el momento oportuno.
El equilibrio es algo hermoso.
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