"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios." Mateo 5:8
Cuando el pecado nubla el área de tu vida, acude prontamente al Señor para confesarlo y obtener perdón. No permitas que nada se interponga entre tú y tu Señor.
La mujeres que tiene corazón puro son sin mancha delante de Dios. Esto no significa que nunca podrá existir un resbalón hacia el andar en la carne, sino que da a entender que las mujeres de corazón puro desean con todas sus fuerzas mantener muy limpias sus vías de comunicación con el Señor.
Estas mujeres serán las que verán a Dios. Le verán en una perspectiva totalmente diferente. Ya le conocen de una manera distinta comparados a aquellos cuya visión es nublada por la rebelión del yo o los propios intereses.
Pero la gran promesa de Cristo trasciende sin duda el concepto figurado.
A Dios no le puede ver literalmente ninguna mujer porque es un ser infinito, pero Abraham, Isaías, y otros, vieron a Dios en la persona de Cristo, y los discípulos lo vieron en carne humana (Lucas 17:8-11), y sabemos que a Él tenemos que verle en gloria ( 1° Juan 3:2), si nuestro corazón ha sido limpiado por sangre redentora.
A medida que vamos desarrollando nuestras relaciones con el Señor, querida Amiga, permitamos el privilegio de limpiar y esclarecer nuestro corazón.
Esta será la única manera en que podremos ver a Dios tal como Él es.
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