"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotras, es poder de Dios." (1° Cor. 1:18)
¿Por qué debía contemplar y sentir el desprecio de aquellos a quienes quería alcanzar, y al final sufrir una terrible muerte a manos de aquella gente que Él mismo había creado? Parece increíble, ¿no es cierto?
Pero por cientos de años esta misma historia contiene el más poderoso mensaje que jamás se haya dado,y que puede cambiar cientos y miles de vidas.
Es el hermoso relato de la extensión de Dios hacia Su creación y Su absoluta voluntad de anonadarse a Sí mismo para ser el Todo de aquellas que le aceptan. Esto es lo que se llama verdadero y auténtico poder.
El hablar de la cruz trae poder y da autoridad al predicador.
Nada puede compararse con el contar estas buenas nuevas a alguien que las oye por vez primera y que permite que Dios cambie su vida produciendo un auténtico milagro. El testificar puede causar la burla de los demás contra nosotras, pero estas semillas de luz y verdad se infiltrarán dentro del más duro y oscuro corazón. La verdad nunca puede ser apagada.
La predicación del evangelio es una cualidad eterna así como el mismo Señor Jesucristo es eterno. Cuando compartimos la verdad, estamos compartiendo a Cristo. Es entonces cuando nos daremos cuenta de que esta cruz de Jesús es el máximo poder de Dios. De modo que estemos listas para compartir el mensaje del Evangelio en sencillez y verdad, como Dios nos guíe, liberadas de toda clase de temor a causa de nuestras deficiencias personales o por la burla y la ofensa de los demás.
Querida, Amiga seremos sorprendidas en experiencias mucho más positivas de lo que podemos imaginar.
ღ.ೋღPatriciaღ.ೋღ
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