miércoles, 19 de agosto de 2015

Tiempo de bailar

El llorar es la expresión de la pena que sentimos en el espíritu humano, y tiene un efecto limpiador y purificador dentro de nuestro espíritu.

"Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar."  Ecles. 3:4, 

El llorar es a menudo una reacción espontánea a algo que nos está pasando que nos hiere en nuestra esfera emocional.
El llanto puede ser en voz alta o silencioso; puede expresarse en una manera quieta y sumamente dolorosa, aún sin lágrimas. Muchas veces la risa siga al llanto. Dios dice que hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír, el cual produce un equilibrio saludable para el bienestar mental.

El gemido es algo diferente al llanto. Es un sufrimiento más profundo y prolongado. El gemido y la depresión que le acompaña originan a menudo un sentimiento de desazón y desesperación. Ahoga el espíritu y estruja y oprime el corazón. A veces sus efectos dejan cicatrices permanentes y Dios tiene que poner Su mano para obrar una sanidad interior.
Dado que el gemido y la depresión están tan profundamente arraigados, Dios dice que hay también un tiempo de bailar. Este bailar, es un gozo espiritual expresado por la persona al sentirse libre de la pena. Imaginemos el total abandono que había sufrido David, y sin embargo, danzó y se alegró en su corazón delante de Su Dios. Ese era el tiempo de bailar. Era puro y santo y sirvió para borrar las cenizas del gemir.

En tu tiempo devocional a solas con Dios, querida Amiga, deja que tu cuerpo exprese la alegría de tu espíritu. Permite que tu espíritu se libere y ría santamente ante la presencia de Dios, y tu alma danzará dentro de ti, aún cuando tus pies no se muevan sobre el suelo.



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