"Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado." Ecles. 3:2
Quizás en tiempos de los reyes; como Salomón con toda su gloria y bienestar y sabiduría. Tal vez en la turbulenta etapa del Imperio Romano cuando el Señor Jesús caminó y vivió en la tierra haciendo milagros.
O quizás este siglo es el mejor para vivir. Debido a la revolución industrial hemos adquirido varias cosas para disfrutar de las cuales los antiguos reyes jamás hubieran soñado. En nuestra época tenemos el desafío de explotar el conocimiento y la oportunidad.
Dios ha escogido específicamente el tiempo y el lugar en el cual, querida Amiga, tú y yo deberíamos nacer. Él también conoce el minuto exacto en que moriremos o quizás , el que ascenderemos con Cristo si Él viene cuando aún estamos vivas. Tú y yo tenemos un tiempo de vida, cualquiera sea su duración, en el cual hemos de ser aquellas mujeres que Dios quiere que seamos.
Hay un tiempo de plantar, tanto en lo secular como en lo espiritual.
Puedes plantar las semillas de un ministerio, y al hacerlo, afecta el rumbo de la eternidad de una o varias personas. Puedes plantar amor, compasión, conocimiento y fruto espiritual. También puedes arrancar de cuajo todo aquello que ha producido celos, odio, ignorancia, prejuicios, desastres y guerras.
¡Dios nos ha dotado de grandes y poderosas habilidades! Manos a la obra.
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