"Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así de pan, y beba de la copa." (1°Cor. 11:28)
¿Dónde estás viviendo hoy, querida Amiga? ¿Aparte en las cosas del Señor o aparte en el mundo de placer y pecado? ¿Estás en rebelión y desobediencia?
El auto-examen ha de ser una experiencia diaria. No es un rápido chequeo mientras las cabezas están inclinadas y los ojos cerrados en la oración antes de participar en la Cena. El comer de ese pan y beber de esa copa nos hace responsables de nuestro andar cotidiano. Este auto-examen no involucra a nadie sino a nosotras. No tiene la intención de evaluar la conducta de su hermana en la fe, de su esposo o el pastor. No implica las circunstancias e injusticias. No incluye sus propias opiniones o cómo deberían haber sido las cosas. Tampoco toma como factor atenuante la obra de Satanás en su vida. Este examen es estricta y únicamente para cada una de nosotras.
Es Satanás, quién trae a nuestra memoria las cosas que suponemos nos impiden ser como quisiéramos cuando nos examinamos delante del Señor. Hemos de decirle como Él nos enseñó en la tentación: "Apártate...! Y volver la mirada sobre nosotras mismas!"
¿Ha sido real en tu vida el sacrificio del Señor en el día de hoy? ¿Puede ver pecado, oscuridad, o falta de amor en lo profundo de tu ser? Cuando tu espíritu está a tono con el Espíritu de Dios, tu vida exterior lo manifiesta. No hay entonces necesidad de buscar otros recursos, pues tendrás una vida victoriosa delante de Dios y de los hombres. Tu vida será una magnífica y hermosa revelación de Cristo. El pan y el vino serán una bendición, y adquirirán un significado especial para tu espíritu.
Come y bebe dignamente de Él quien es TODO para cada una de nosotras.
ღ.ೋღPatriciaღ.ೋღ
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