domingo, 30 de diciembre de 2018

Una oración de fe para 2019


Padre celestial,
Cuando entro en un nuevo año y me pregunto qué nos espera, estoy agradecida por Tu mano que me tranquiliza. Hablaste a este mundo, pintaste los árboles, le diste vida a los pájaros gorjeando que me hablaban desde su posición de ramas sin hojas. Las campanas de viento se unen en su canción y el peso de la ansiedad escapa a su dominio. Tú siempre estás delante de mí. Siempre estás cerca.
Donde una vez hubo el miedo a lo que se avecina, el temor de algo malo a la vuelta de la esquina, veo cómo iluminas mi camino. No sé qué túneles oscuros atravesaré en el nuevo año, pero sé que mi esperanza está en ti.
Escucharé tu voz y seguiré hacia donde te diriges. No volveré a los caminos temerosos que me mantienen atrapada. Voy a seguir adelante cuando sea necesario, incluso cuando tenga miedo.
Es posible que vea señales que advierten mi camino hacia el futuro, tentándome a retirarme. Pero sé que el riesgo de enfrentar el miedo no es mayor que la liberación de su control sobre mí. Y elijo la liberación. 
Elijo la libertad. 
Cuando dé el siguiente paso, descubriré que el estrecho puente no es tan estrecho como pensaba. Llegaré al otro lado más fuerte porque caminas a mi lado y delante de mí.
No hay descubrimiento sin un viaje. No hay victoria sin lucha.
Me enseñas los gorriones en el árbol. Es tu forma de hacerme saber cuánto me amas. 
Mis temores corren a mi lado y, a veces, sus pensamientos ansiosos pasan por mi mente. Pero siempre están callados por tu amor que se preocupa por mí. Tú, que te elevas por encima de toda inseguridad y miedo. 
Me permites elevarme por encima. Y lo hago.
Espíritu Santo, habla tu sabiduría en mi vida para que sepa cuándo avanzar y cuándo hacer una pausa. Ayúdame a descansar en Tu amor y confiar en Tu guía, no importa por qué túneles atraviese o por qué estrechos puentes me prevean el camino.
Tú, que nombras a todas y cada una de las estrellas, me hiciste quien soy. Ves en lo profundo de mi alma y conoces todo mi pecado. 
Aún así me amas. Me perdonas.
Tu amor me libera. Libre para volar como los pájaros y cantar canciones de alegría por la mañana.
En ti, estoy a salvo y segura.  Por siempre amada. Siempre guiada. 
Y nunca sola.
Te retendré a ti todos los días de este nuevo año. 
Tú eres mi fuerza y ​​mi canción.
Tú eres mi salvador. Y te amo Señor.
Amén.

.Patricia.