martes, 8 de septiembre de 2015

Más que vencedora

Dios nos da poder sobrenatural para vivir la vida cristiana victoriosa. La imagen que tenemos del guerrero en el texto de hoy es de fortaleza, belleza, proezas físicas y valor.

"Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros."  Salmo 18: 29

El alma no envejece, y unida a Dios se siente fuerte y audaz. Si está en Cristo, querida Amiga tu alma está limpia y completamente liberada.
Las tropas se amotinan a tu alrededor. Sus armamentos son fuertes y brillantes. Cada fuerza en esta tropa está equipada con fieros dardos y filosas lanzas.
Palabras de burla y blasfemia salen de sus bocas cuando ella corre en medio de ellos, fortalecida por Dios. Su rostro está lleno de calma y seguridad, y su victoria es un hecho consumado.

El pasar a través de las tropas enemigas será siempre una experiencia que nos ayudará al crecimiento. El ver la fidelidad de Dios para fortalecernos en nuestras luchas y tentaciones refinará nuestra fe. Pero adelante puede haber otra dificultad, una enorme pared, tan alta como una montaña. Está en dirección recta siguiendo nuestro camino, y amenaza con cerrarnos el paso. 
Este problema es diferente, nuevo, y humanamente imposible de resolver.

Entonces nos acordamos de nuestra Fortaleza, el Señor Jesús. Nuevamente tomamos una rápida visión de la guerrera que fuimos en tiempos pasados; de nuestra agilidad, belleza y valor. Recordamos las tropas a través de las cuales corrimos como vencedoras y ahora el muro parece tan pequeño y fácil de vencer. ¡Corre, guerrera, corre con Jesús y salta ese muro! 
¡En Cristo somos más que vencedoras por la fe!






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