martes, 21 de abril de 2015

Realmente hermosa

Dios provee de una cuidadosa guía para encaminar a la mujer virtuosa.
Él debe proveer de esta guía de modo que cada una de nosotras podamos encontrar los verdaderos valores de la vida. De otra manera, querida amiga, no sabríamos distinguir lo verdaderamente apreciable de lo que no lo es.

"Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, esa será alabada." Prov. 31:30

¿Cuántas mujeres conocemos que viven depositando su confianza en su belleza exterior y en ser populares? Pero antes de lo que ellas piensan, la belleza se marchita y la popularidad cesa con el paso del tiempo.
¿Qué es entonces, lo que en verdad permanece? Ciertamente Dios no está alabando la fealdad, sino más bien comparando la belleza física con la belleza espiritual. Cuando, querida amiga estás en comunión fluida con el Señor, tu belleza interior brilla de tal manera que puede ser vista por todos. La hermosura interior puede ser descrita como el amor que se irradia hacia los demás.
La mujer virtuosa que irradia amor porque conoce y camina con Dios, ha de ser alabada. ¡Qué maravilloso es ser popular con el Señor! Y sabemos que eso no significa necesariamente ser popular con el mundo.
La popularidad es engañosa. Es mentirosa y no demuestra como son las cosas en la realidad. Así sucede con nosotras. Dios desea desarrollar su espíritu interior, de manera que podamos ser alabadas. ¿Cómo podemos hacer esto? Temiendo santamente y reverenciando Su soberanía y señorío. ¿Tiene el Señor siempre la última palabra en todas tus circunstancias? ¿En todos los aspectos de tu vida?
Él debe de tenerla si es que, deseas ser realmente hermosa.




No hay comentarios:

Publicar un comentario