viernes, 17 de abril de 2015

Tiempo de cambios

El profeta Jeremías, gran profeta de Dios, había sido recientemente liberado de las cadenas de los babilónicos y se le había dado varias cosas a elegir en cuanto a su libertad.
Jeremías escogió el quedarse con Gedalías, el nuevo gobernador, pero a su vez contemplaba tristemente como el resto de Israel era llevado al cautiverio babilónico.

"Se fue entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y habitó con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra." Jerem. 40:6

Había tenido lugar un gran cambio, con su respectivo temor hacia lo desconocido.
En la vida de toda mujer cristiana sobrevienen cambios, no importa cual sea tu relación con Dios ni tu ministerio. Debemos comenzar a reconocer los cambios como verdaderos amigos. Dios es inmutable, pero Sus métodos no. 
Debemos siempre estar listas para movernos cuando nuestro Padre nos indica realizar o efectuar un cambio.
A menudo vemos a cristianos vistiendo fuera de moda o con diferentes ideas acerca de variados temas. ¿Qué es lo que sucede? No se ha pedido la guía de Dios para aceptar un cambio. Cuando confías, querida amiga, que Dios te dará la respuesta correcta, cualquier cambio que hagas no será hecho sobre las opiniones de los demás o sobre tradiciones, sino sobre Su Palabra. 
Es entonces cuando los cambios son razonables.
Sin un cambio, un gusano nunca podría convertirse en una mariposa. Así sucede con nuestra vida a medida que se va desarrollando la fe. Los cambios dejarán de ser una amenaza, y se convertirán en una puerta abierta hacia un mundo más amplio y bello en el cual podremos extender nuestras alas y aprender a volar libremente tal como Dios desea que lo hagamos.




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