viernes, 9 de octubre de 2015

Un Dios personal

Imagínate que estás al aire libre en una noche clara y oscura con el viento soplando suavemente. 
Pequeños insectos cantan y chirrían a tu alrededor. Comienzas a pensar en Aquel que hizo la luna y las estrellas, los cuerpos celestes de millones de toneladas que se sostienen suspendidos de la nada como diminutos diamantes.

"¡Oh Señor Jehová! he aquí que Tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti..."  Jerem. 32:17

¡Él es tan grande y maravilloso, tan creativo y tan artista!
Entonces pensamos en otro aspecto de Su personalidad que complemente Su creatividad. "Ni hay nada que sea difícil para ti...!
El pensar en Dios solamente en términos de grandeza y poder es mirarle fuera de su mundo de pequeñas cosas. ¡Qué gran error! Pero dado que Dios pudo hacer todas las cosas grandes y maravillosas, ¡Él también es poderoso y capaz de hacer todas las pequeñas!

Querida Amiga, cree firmemente que Él está en las cosas de tu vida diaria.
El creer se prueba por medio de la acción.
¿Has perdido algo? Entonces pídele a Dios que te diga dónde está. 
Luego escucha, y no te sorprendas cuando Él te responda.
Dios es fantásticamente práctico. ¿Crees que Él pudo crear el mundo sobre el cuál vives y respiras y no ser capaz de salvar a tu esposo? ¡Qué contradicción! Dale el lugar a Dios y permítele a Él que entre en las pequeñas cosas de tu vida. Sé personal con Él y Él será personal contigo.
Confía enteramente en Él.



lunes, 5 de octubre de 2015

Bendecida por Dios

¿Qué significa ser bendecida por el Señor? Es algo así como andar al aire libre en una gran playa y sentir el aire del mar refrescándonos el rostro.

"Bendita "la mujer" que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová".  
Jerem. 17:7

Ser bendecida es ver con ojos perfectos los pálidos tonos de amarillo, rosas y naranjas de la puesta del sol. Cuando podemos disfrutar de la belleza del arte en los logros humanos y entender el desarrollo de una labor para llegar a la meta, es que somos bendecidas.

El tener un esposo dado por Dios es ser grandemente bendecida. También es una bendición sin igual el poder tener suficiente fortaleza física y espiritual para ayudar a los más débiles.
El ser mujeres bendecidas por Dios ha hecho que nos demos cuenta de que Dios usa a Sus hijos para derramar bendiciones de modo que todos en el Cuerpo de Cristo puedan conocerle mejor.
El conocer al Señor Jesucristo y el poder de Su resurrección y la participación de Sus padecimientos: "Por eso, lo único que deseo es conocer a Cristo; es decir, sentir el poder de su resurrección, sufrir como él sufrió, y aun morir como él murió" (Fil. 3:10), es algo que nos enriquece de tal manera, que podemos sentirnos verdaderamente bendecidas de lo Alto.

El dar a Dios cada área de nuestra vida, pasada , presente y futura, querida Amiga, asegura la bendición del Cielo. La esperanza para nuestro precioso futuro depositada en el Señor descansamos en Su paz y nos llena de grandes bendiciones.
Nos resta, Amiga dar de aquello que nos fue dado.

.Patricia.






lunes, 28 de septiembre de 2015

Conectada a la línea

Una joven mujer estaba cierta vez escalando el pico de una alta montaña en Sudamérica. Ella era la tercera escaladora en la línea y tenía a dos escaladores más detrás de ella.

"Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado."  
Salmo 18:36

Esta línea iba atada por una cuerda que aseguraba la posición de cada uno. 
Si uno resbalaba, los otros podían combinar su fuerza para levantarle y ponerla firme sobre sus pies.
El Cuerpo de Cristo está conectado por la vida en común la fe en Él. 
Hay muchas mujeres que caminan delante de nosotras y otras muchas que van detrás al escalar las alturas de nuestra vida mientras somos formadas por el Padre a la imagen de Cristo.
Cuando una resbala y cae, todos los miembros la sostienen porque están estrechamente relacionadas entre sí. Por lo tanto, el permitir que una hermana siga en la condición de caída significa un peligro para nuestra propia posición. Inmediatamente deberíamos tenderle nuestra mano de ayuda, aún para nuestra propia seguridad.

¿Qué sucedería si aquellas que están a nuestro alrededor no están funcionando debidamente y respondiendo a sus dones y llamamiento? ¿Y qué si nosotras, querida Amiga, resbalásemos y ninguna nos alcanza una mano de auxilio? 
Dios ha ordenado el ministerio del Cuerpo de Cristo y sigue balanceándolo y equilibrándolo, ensanchando bajo nuestros pies un lugar seguro en la peligrosa y escarpada subida hacia las alturas espirituales.

Pero que papel tan importante tenemos en levantar y edificar a las mujeres cristianas que están a nuestro lado. Si funcionamos correctamente en nuestros dones y llamamiento, a lo largo de toda la "línea" de cristianas habrá un sentimiento de seguridad y confort.
Las otras mujeres cristianas no pueden ensanchar sus pasos debajo nuestro, sino solo ayudar en el ministerio. Tu fuente será siempre y únicamente el Dios eterno.





jueves, 17 de septiembre de 2015

Dios me sostiene y defiende

Con qué poco cuidado hablamos a veces de nuestra salvación. La salvación pertenece a Dios. Sus beneficios son nuestros. Su salvación es representada aquí como un agente protector. 

"Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido."  Salmo 18:35

Los escudos se usan en la batalla y en el conflicto. La salvación entonces, se vuelve una fuerza activa para protegernos cuando el enemigo ruge contra nosotras. Dios nos provee no solamente de salvación del poder del pecado que destruye nuestra vida, sino también como una protección contra la pena eterna del pecado. Satanás podrá acosarnos con sus mentiras, pero Dios levanta ese escudo y todos sus engaños quedan destruidos.

Mientras que Dios levanta Su escudo de salvación para nuestra protección, Él nos está sosteniendo con Su mano, dándonos fortaleza para vivir nuestra vida aquí en este valle. Ya que para la mayoría de las personas la mano derecha es la más importante, Dios pone lo mejor de Sí a nuestro favor. 
Me gusta imaginar al Señor sosteniendo el escudo de la salvación con Su mano izquierda y a Su hija con su mano derecha. Por lo tanto, Él está detrás y alrededor nuestro protegiéndonos y amándonos al mismo tiempo.

Es asombroso darse cuenta de lo que engrandece a la mujer cristiana. 
¿La disciplina, la enseñanza, la negación personal? No, es la bondad de Dios. 
El no viene avasallando y forzando Su entrada en nuestras vidas. 
El es amable y benigno con nosotras. Este es un aspecto definitivo de la personalidad de Dios y aquellas que han sido tocadas por Su benignidad han sido engrandecidas.

Él nos rodea, nos protege y nos sostiene con Su benignidad, y nosotras, querida Amiga, somos engrandecidas y privilegiadas cual ninguna otra criatura en este mundo.



martes, 15 de septiembre de 2015

Preparadas para vencer

Los momentos pasados con Cristo en las alturas nos preparan para las batallas aquí abajo. ¡Qué maravilloso maestro es el Señor para entrenarnos para la batalla!

"Quién adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce."  Salmo 18:34

Las distintas etapas de nuestra vida son empleadas en preparación, para saber sobreponernos y vencer los distintos obstáculos. He aquí la explicación de por qué ciertas tentaciones hacen sucumbir a algunas hermanas mientras que otras las vencen sin vacilar. Esta es una muy buena razón para no juzgar a nuestras hermanas.
Si has participado, querida Amiga en esta escuela de preparación para la batalla por un largo tiempo, deberías ser mucho más tolerante con aquellas mujeres que resbalan y caen antes de alcanzar la cima. La crítica y la intolerancia con respecto a los demás obliga a Dios a disciplinarnos para que veamos nuestras propias caídas y errores.
Nosotras podemos fallar, y esta falla puede darse en áreas en las que nunca soñamos que fuera posible un fracaso. Quizás sea un pecado oculto que no ha sido tratado debidamente delante de Dios, un vuelco en nuestro carácter, etc.

Dios ha puesto normas muy altas para nuestras vidas cristianas, y no se conforma con el nivel que a menudo suele dejarnos contentas a nosotras. Admitamos nuestras debilidades carnales. Tomemos una actitud de arrepentimiento cuando Dios nos revela esos puntos débiles. No permitamos que ese pecado nos venza y siempre tome ocasión en nuestras vidas. 
Dejemos que el Señor nos moldee a la imagen y estatura de Cristo.
Aprendamos de la vida de batalla. Fortalezcamos nuestro espíritu de manera que sea aún más fuerte que los mismos instrumentos que solemos usar para la batalla. Las victorias son imposibles sin la existencia de un conflicto.







lunes, 14 de septiembre de 2015

Dios de las grandes alturas

Las montañas de los Andes en Sudamérica, acusan el aire más claro y puro que jamás se haya respirado, así fue la descripción que me hizo una amiga. 
Alturas transparentes de cientos de pies se levantan alrededor de las ciudades y los poblados.

"Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas."  Salmo 18:33

El sol se refleja sobre esas imponentes rocas grises haciendo hermosos juegos de colores y luces.
Por aquí y por allá se divisan valles de todas las gamas de verde, destacándose en medio de las grandes áreas de nieve y hielo. Los Andes son la cuna de cientos de criaturas, tanto grandes como pequeñas.
Un tipo de gacela que habita en estas montañas, marcha con sus pies segura sobre las piedras flojas y los peñascos salientes. Su cuerpo se balancea de un sitio a otro con extremada agilidad y en todo su ser se nota la alegría de vivir a plena naturaleza.
Nosotras tenemos pies seguros para andar en las alturas espirituales de nuestras experiencias cotidianas.
Respiramos el aire fresco del Espíritu y gozamos de las alturas por donde Él nos lleva. Dios nos coloca en estos lugares altos y somos elevados hasta Su presencia en pasos renovados de gozo real.
Moisés conocía al Dios de las cumbres. El pasó meses con Dios allí en un perfecto éxtasis.
Ser una mujer cristiana, no consta sólo del valle oscuro de las dificultades y sufrimientos, sino también de conocer al Dios de las alturas.
Querida Amiga, podemos ser elevadas a estas alturas y colocadas por Él allí. 
Disfruta con gozo y progresivo conocimiento del Dios de las grandes alturas.





viernes, 11 de septiembre de 2015

Un lugar especial

¿Has deseado querida Amiga, alguna vez poder caminar en un camino perfecto? "Mi camino" tiene un significado mucho más amplio de lo que el Señor quiere hacer con tu vida.

"Dios es el que me ciñe de poder; y quién hace perfecto mi camino"  
Salmo 18:32

Es fácil verse así misma como si fuésemos alguien más, para imaginarnos con más poder en algunas áreas espirituales. Pero a no desanimarnos con nuestra personalidad particular.
¿Por qué estás insatisfecha contigo misma? ¿Quién más podrías ser Amiga? ¿Quién más podría cumplir el lugar especial y único que Dios a escogido para cada una de nosotras? Dios ha desarrollado nuestra personalidad para que seamos instrumentos perfectos con el propósito de cumplir Su voluntad para un mundo perdido.
No cambiemos ni tengamos envidia de los otros. Ellos fueron escogidos para cumplir y llevar a cabo un papel diferente.

Nuestra personalidad sufrirá muchos cambios, muchas correcciones y modificaciones durante el curso de nuestra vida. Pero todavía ha de emerger como "yo" y ha de ser moldeada por Dios de la forma que a Él más le agrade y que sea de más bendición para los demás.
Dios siempre está dispuesto a ceñirnos de poder porque no ha de abandonar Su proceso de refinamiento en nuestras vidas. Y a medida que nos sometemos a Él, aceptamos y actuamos de acuerdo a Su perfecto proceso, encontraremos que "nuestro camino" es hecho perfecto.
Dios está aquí (aquí mismo donde estamos). Tengamos respeto por nosotras mismas, pues somos la esperanza de lo que Él está perfeccionando ahora.